En la larga lista de series televisivas que quisiera reseñar, hay algunas que he tenido que desempolvar porque no son recientes.
Pero no importa cuánto tiempo atrás hayan sido transmitidas, si la recomiendo es porque considero que han envejecido muy bien con el paso de los años.
Uno de esas series es Felicity, la primera creada por quienes ahora son más que famosos J.J. Abrams (guionista, productor y director de famosas series y películas) & Matt Reeves (sí, el director de la nueva película The Batman con Robert Pattinson)
Además en esta serie encontramos el primer papel protagónico de Keri Russell, de quien soy una gran súper mega fan gracias a esta producción, y a quien luego le costó desprenderse de la imagen que le otorgó este papel hasta que protagonizó otro que la llevó a la siguiente cumbre en su carrera: The Americans.
Pero no quiero desviarme hablando de otras producciones, quisiera hablarles de esta, Felicity, una serie que causó un impacto en una generación a finales de los años 90.
La trama nos cuenta la historia de Felicity Porter, una ejemplar estudiante de California que siguiendo los pasos de su padre tiene planificado estudiar en la renombrada universidad de Stanford.
El día de su graduación le pide al chico del que estuvo prendada durante toda la secundaria (quien nunca le prestó atención) que le firme su anuario, y esto es lo que él le escribe:
Querida Felicity:
Aquí va.
Te observé durante cuatro años y siempre me pregunté cómo eras y qué estaba pasando por tu mente todo ese tiempo cuando estabas tan callada, solo pensando. Dibujando en tu cuaderno.
Debería haberte preguntado, pero nunca lo hice. Así que ahora, cuatro años después, ni siquiera te conozco. Pero te admiro.
Bueno, eso me hace sonar loco, pero estoy bien con eso. Así que cuídate.
Con amor,
Con amor,
Ben
PD: Habría escrito: "Mantente en contacto", pero desafortunadamente nunca estuvimos en contacto.
Felicity lee sus palabras rápidamente, y mientras Ben se aleja le grita al preguntarle a dónde va a estudiar, él responde y le pregunta de vuelta, a lo que ella le dice que no sabe.
Es así como nuestra protagonista, que no sentía ninguna emoción con la idea de estudiar en Stanford, decide cambiar todos sus planes y matricularse en la Universidad de Nueva York.
Sí, como leen, se fue detrás de él, de un chico que nunca conoció realmente y que jamás le habló durante el tiempo que estudiaron en la misma escuela.
Sus padres intentaron disuadirla sin éxito. Aunque no saben sus verdaderos motivos, les parece que su mudanza al otro lado del país es una decisión infantil e irresponsable, pero pronto Felicity descubre que Ben solo fue una excusa para comenzar a tomar elecciones por sí misma, equivocarse y aprender sobre la vida lejos del entorno familiar que siempre la acobijó demasiado fuerte.
Y es en Nueva York donde se reencuentra con Ben (Scott Speedman), forma una amistad profunda con Noel (Scott Foley) -el supervisor de dormitorio universitario donde se aloja-, y entre los tres forman el triángulo amoroso que define la serie de principio a fin.
Releyendo lo que acabo de escribir, me percato de que sí, les comparto un núcleo demasiado simplificado ya que esta producción es mucho más que una historia de amor. Felicity profundiza en realidad sobre el crecimiento personal de una persona, su protagonista; las decisiones que la hacen madurar y vivir las mejores experiencias posibles durante la época de sus estudios universitarios.
Duró cuatro temporadas (cuatro años), los mismos que duran las carreras de las universidades de Estados Unidos y de esa manera compartimos con ella cada uno de los ciclos que viviría una joven normal.
Felicity no busca excederse en dramas ni impactar a la audiencia con situaciones jaladas por los pelos, lo que hace es mostrarnos sutilmente las consecuencias que sufre una chica que ha tomado una decisión impulsiva por los motivos equivocados y lo que afecta su vida con el pasar de los años.
Esta serie fluye capítulo a capítulo naturalmente, con situaciones cotidianas y creíbles, mostrándonos una gran inteligencia emocional en el guion que nos regala momentos realistas que nos permite ponerlos en los zapatos de sus personajes.
El círculo de sus amistades, compañeros laborales y de estudios, y profesores, nos muestran los roces ocasionales que vivimos con las personas de la vida diaria, las situaciones que se derivan de eso, dejando al final mensajes positivos que, a mi parecer, no eran nada cursis sino más bien identificables.
Sus diálogos tratan al espectador joven como alguien maduro y con la capacidad de discernir, mostrando situaciones posibles que abrieron las puertas a otras series que imitaron su concepto para atraer audiencias.
Sus diálogos tratan al espectador joven como alguien maduro y con la capacidad de discernir, mostrando situaciones posibles que abrieron las puertas a otras series que imitaron su concepto para atraer audiencias.
Según mi percepción, ninguna lo logró como Felicity.
En fin, no quisiera revelarles demasiados detalles así que solo les voy a aconsejar que si tienen la oportunidad de verla, no se la pierdan. No se van a arrepentir.
Hasta la próxima, les mando un abrazo literario.